martes, 17 de agosto de 2010

El día que nos comimos a Jacobo



Os estaréis preguntando quién coño es Jacobo, pero sobre todo por qué nos lo comimos... Como se suele decir una imagen vale más que mil palabras así que os lo presento, este era Jacobo, Jacobo el resto del mundo, amén.


Sí es un bogavante, de cetárea, no he tenido el gusto de pescarlo, aunque ya me gustaría la verdad... porque ir a hacer pesca submarina y coger un par de elementos como este tiene que llenarte de orgullo y satisfacción como diría "JuanCar". El porqué de cetárea y no de pescadería espero que os lo imaginaréis, pero pueden ser 10 o 20 eurillos de diferencia.

La verdad es que esta entrada viene con mucho retraso, he andado muy vago, lo sé, pero espero que os guste.

A principios del mes de agosto, un fin de semana, Miguel Ángel (Cobi) y Fre -dos de los brigatos, vinieron a visitarme a mi exilio coruñés. Todo sea dicho se agradecen estas visitas por muchas razones que no me voy a poner a contar porque no vienen a cuento, esto es un blog de cocina al fin y al cabo y el que quiera saber qué es de mi vida ya sabe donde habito... Además, como Cobi está en tratamiento -mental, todo hay que decirlo, hay que re-españolizarlo, tanto tiempo en el desierto, aislado, rodeado de camellos... y de beduinas jajaja que me decidí a probar una receta un poco más elaborada que las que vengo realizando últimamente: un arroz con bogavante -más bien con Jacobo, el auténtico protagonista del día. Lo mejor es que tuve dos pinches por un día lo cual no viene mal... eso sí no le dejéis nunca a Cobi cuidar el arroz... solo los bienaventurados sabréis porqué y los que estuvimos allí (jaja).

Los ingredientes no son ni muy caros ni difíciles de encontrar así que ahí van: arroz bomba, un bogavante, pimiento verde, pimiento rojo, aceite de oliva, cebolla, ajo, sal gorda, azafrán, tomate natura, caldo de pescado y mucha paciencia.

Sí falta el caldo en la foto, era un tetrabrick del Mercadona y tomates, jaja que tuve que utilizar tomates cherry, menuda situación... Y el aceite de oliva, no no se puede estar en todo...

Para empezar cuando vas a la cetárea te dan unas indicaciones de cómo hervir el bogavante, todos o casi todos tenemos esa visión de alguna película donde se mete a la langosta o al bogavante en agua hirviendo y empieza a chillar, pues no, no chilla, pero la verdad es incómodo ver como se mueve en la cazuela... ¿A que sí Fre? jajaja. Se coge una cazuela grande se llena de agua y echamos sal gorda, e introducimos el bogavante en el agua.



A continuación se pone a hervir, veréis que poco a poco empieza a moverse, es mejor no mirar... Bien cuando rompa a hervir a partir de ahí hay que contar 25-30 minutos que son los que tardará en hacerse el bogavante.


El resultado es notorio, cambia de color como podréis ver (es un bogavante no un camaleón...). Supongo que estos chistes son los que te entran ganas de contar mientras cocinas, ahora entiendo a Karlos Arguiñano jajaja.

Sacamos el bogavante de la cazuela y guardamos el caldo de la cocción que nos servirá para hacer el arroz más adelante (se puede congelar para utilizarlo más adelante).


A continuación picamos media cebolla y un par de dientes de ajo.


Y lo rehogamos a fuego muy lento hasta que se poche la cebolla.

Mientras se pocha la cebolla y el ajo, vamos cortando un poco más de un cuarto de pimiento rojo y de pimiento verde.


A continuación añadimos el pimiento rojo y verde a la cazuela donde estamos pochando la cebolla y el ajo, y esperamos a que se poche todo a fuego lento.


Mientras podemos ir partiendo el bogavante para tenerlo listo, ya que una vez pochada la mezcla anterior hay que sofreirlo con la misma. La cabeza la cortamos por la mitad, le quitamos las pinzas y las partimos por las articulaciones, y la cola la cortamos en medallones al gusto (no demasiado gruesos ni delgados).

Una vez tengamos pochado la cebolla, ajo, pimiento verde y pimiento rojo, añadimos tomate natural, yo en este caso machaqué en el mortero unos tomates cherry pero también valdría cualquier variedad de tomates de las que se puede encontrar en cualquier mercado.



A continuación añadiremos el azafrán. Para ello cogemos un poco de papel albal, lo doblamos por la mitad para que tenga más grosor, ponemos el azafrán encima y suavemente con un mechero lo pasamos por debajo teniendo cuidado de que no se nos queme, solo debemos de tostarlo. Una vez esté listo lo añadimos a la cazuela.


Una vez hemos añadido el azafrán ya solo queda añadir a Jacobo, al que previamente seccionamos como podéis ver. Ahora rehogamos todo y añadimos el arroz para que se rehogue. Echamos un vaso pequeño de arroz por cada comensal.

Ya solo nos queda añadir el caldo. Nosotros hemos añadido caldo de la cocción del bogavante con el que compramos. La proporción es por cada vaso de arroz tres de caldo, nosotros echamos tres del caldo de marisco y uno del caldo de cocción de Jacobo.


A continuación, ya solo queda dejarlo a fuego lento y esperar que se vaya haciendo el arroz, que retiraremos del fuego en función de lo caldoso que queramos.

Como podéis ver es bastante sencillo y mucho más rápido de lo que parece. Eso sí un par de consejos: cuidado cuando esté hirviendo el bogavante... nosotros casi inundamos la cocina (jaja) y una vez servido el arroz haceos con unas pinzas para marisco o de las de los frutos secos para abrir las pinzas.

Nos hubiera gustado emplatarlo mejor, ponerlo bonito y muchas más cosas, pero lo siento se nos hizo algo tarde, la playa nos esperaba, y sobre todo ¡teníamos mucha hambre!

Una fotito para la posteridad... sigo esperando que vengáis el resto!!!